Si en nuestra vida cotidiana podemos sonreír, si podemos ser pacíficos y felices, no solo nosotros, pero todo el mundo se benefician de ella. Este es el tipo más básico de trabajo por la paz.
La práctica de la paz y la reconciliación es una de las más vitales y artísticas de las acciones humanas.
En un verdadero diálogo, ambas partes están dispuestas a cambiar.