Al borde incluso el aroma a ciruela se vuelve pecoso.
Una muñeca de barro es fragante al sol, me vuelvo hacia mí.
No llores tres pasteles de arroz van rodando.
Agua pesada sale de una capilla otoñal.
Fiesta de primavera. Desde el fondo del agua las plantas me llaman.
El gato resbala en un rojo lago por las flores de cereza.
Primer llanto del bebé y los fuegos artificiales. Los enmarco juntos.
Ante el mar agitado la cuerda a saltar abre un vacío.
En un cuarto oscuro de fotos dejo una postal de flores de ciruelo.