Yo no comprendo nada. No tan solo tus manos son un puro milagro. Un traspiés, un olvido, y acaso fueras mosca, lechuga, cocodrilo. Y después...Esa estrella. No preguntes. ¡Misterio! El silencio.
Nada ansío de nada, mientras dura el instante de eternidad que es todo, cuando no quiero nada.
Solo, con la ventana abierta a las estrellas, entre árboles y muebles que ignoran mi existencia, sin deseos de irme, ni ganas de quedarme a vivir otras noches, aquí, o en otra parte, con el mismo es...
Los únicos brazos entre los cuales nos resignaríamos a pasar la vida son los brazos de las Venus que han perdido los brazos.
Y para acá o allá y desde aquí otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin aliento y del principio o término del precipicio íntimo hasta el extremo o medio o resurrecto resto de éste o aquello o de l...
Llega un momento en que aspiramos a escribir algo peor.
Une al don de tu pan y de tu mano el de darle candor a nuestro canto.
Yo también... ¡Sí! Yo tengo - ¿Por qué no confesarlo? - un pequeño fantasma, un duende de familia.
Ante la exquisitez del idioma francés, es comprensible la atracción que ejerce la palabra merde.
Pero la luna intacta es un lago de senos que se bañan tomados de la mano.
Hasta que el día menos pensado, la mujer que nos electriza intensifica tanto sus descargas sexuales, que termina por electrocutarnos en un espasmo, lleno de interrupciones y de cortocircuitos.
¡Hasta las sombras, campo, no dan nunca ni el más leve traspiés en tu llanura!
La poesía siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que lo descubre un verdadero poeta.
Este campo fue mar de sal y espuma. Hoy oleaje de ovejas, voz de avena.
Y cortar las amarras lógicas, ¿No implica la única y verdadera posibilidad de aventura?
Eres tan claro y limpio y sin dobleces que el vuelo de una nube te ensombrece.
Hablaban de un caballo. Yo creo que era un ángel.
¿Un éxito eventual sería capaz de convencernos de nuestra mediocridad? ¿No tendremos una dosis suficiente de estupidez, como para ser admirados?
La arquitectura árabe consiguió proporcionarle a la luz, la dulzura y la voluptuosidad que adquiere la luz, en una boca entreabierta de mujer.
El verdever el todo ver quizás en libre aleo el ser el puro ser sin hojas ya sin costas ni ondas locas ni recontras solo su ámbito solo recién quizás recién entonces.