La felicidad reúne, pero el dolor une.
Las mujeres tienen un modo celestial de no darse cuenta de las familiaridades que los hombres se permiten con ellas.
El erotismo sobrevive a todo.
El teléfono de la oficina no suena en los quince primeros minutos de la jornada a menos que uno llegue tarde, y si se da el caso, suena continuamente hasta que uno se incorpora a su puesto.
En la ciencia uno se trata de explicar lo que no se sabía antes de manera que se entienda. En la literatura uno se comporta justo al contrario.
Los bosques han enseñado libertad al hombre.
Una prueba de que la experiencia no sirve de nada, es que al final de un amor no nos impide comenzar otro.