En el ring, nunca supe realmente miedo.
Yo estaba en mi cara. Oí el número de uno a 10. Me decía a mí mismo que tenía que levantarme, pero no podía moverme. No pude moverme. Era una sensación muy extraña.
Siempre me he ceñido a dos principios. El primero es entrenar duro y conseguir la mejor condición física posible. El segundo es para olvidarse de la otra persona hasta que lo enfrenta en el ring y ...