Frases de San Agustín ( 3 )
En el Cielo dicen Aleluya, porque en la Tierra han dicho Amén.
El hombre no reza para dar a Dios una orientación, sino para orientarse debidamente a sí mismo.
La misma debilidad de Dios procede de su omnipotencia.
Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida.
Creo para comprender, y comprendo para creer mejor.
Casarse está bien. No casarse está mejor.
La razón no se sometería nunca, si no se juzgase que hay ocasiones en que debe someterse.
Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a ser cristiano de verdad.
Así como toda carencia es desgracia, toda desgracia es carencia.
Conócete, acéptate, supérate.
Así como la verdad se produce por la medida, así la medida se produce por la verdad.
La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.
Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta.
El alma desordenada lleva en su culpa la pena.
¿Qué es, pues el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé.
Una cosa es haber andado más camino y otra, haber caminado más despacio.
Una vez al año es lícito hacer locuras.
Tengamos paciencia con nosotros mismos: y que nuestra porción superior soporte el trastorno de nuestra parte inferior.
Se aferran a su parecer, no por verdadero sino por suyo.
La necesidad no conoce leyes.