Fue entonces cuando supe lo que eran los celos: un ardor en el cuerpo, una piedra en la garganta, una mordida en el estómago, la sensación de que estás en el límite y no puedes más.
Dije que los libros transtornan, especialmente a las mujeres, y conté de la madre de Susana que leyó unas cuantas páginas en su vida pero eso bastó para que lo abandonara todo, de Susana que siemp...