Frases de Seneca ( 23 )


Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría.

El ardimiento juvenil en sus comienzos es fogoso, pero languidece fácilmente y no dura; es el humo de una fogata liviana.

Sin estudiar enferma el alma.

Los hombres aprenden mientras enseñan.

Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.

No hay ninguna cosa buena que no tenga su base en la razón.

Lo que las leyes no prohiben, puede prohibirlo la honestidad.

La adversidad es ocasión de virtud.

El que teme es un esclavo.

Para saber algo, no basta con haberlo aprendido.

Solamente la existencia de Caín nos hace amar a Abel.

El verdadero héroe de algunas obras literarias es el lector que las aguanta.

Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos.

¿Qué importa saber lo qué es una recta si no se sabe lo que es la rectitud?

Solo en la fortuna adversa se hallan las grandes lecciones del heroísmo.

Roguemos fuerza a nuestra misma desesperación.

Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones.

El poder y el despotismo duran poco.

La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.

En cualquier adversidad, lo peor es haber sido feliz.