Si quieres vivir, prepárate para morir.
Los hombres, no obstante a que se les hace imposible existir en el aislamiento, sienten como un peso intolerable los sacrificios que la civilización les impone para hacer posible la vida en común.
La voz del intelecto es apagada, pero no descansa hasta haber logrado hacerse oír, y siempre termina por conseguirlo después de ser rechazada infinitas veces.
Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo.
La verdad al cien por cien existe tan poco como el alcohol al cien por cien.
Recordar es el mejor modo de olvidar.
La inmoralidad ha hallado siempre en la religión un apoyo tan firme como la moralidad.
Solo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio.
Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.
No, nuestra ciencia no es una ilusión. Pero sí sería una ilusión suponer que lo que la ciencia no puede darnos lo podemos encontrar en otro lugar.
Ni en mi vida privada ni en mis escritos jamás he mantenido en secreto el hecho de ser un abierto y completo no-creyente.
La religión es comparable con la neurosis infantil.
Ni los demonios ni los dioses existen, son todos productos de las actividades síquicas del hombre.
Mientras más se hacen asequibles al ser humano los frutos del conocimiento más se distribuye el declive de las creencias religiosas.
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.
A veces un puro es solamente un puro.
Dijo Platón que los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad.
Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino.
El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido.
Ningún crítico es más capaz que yo de percibir claramente la desproporción que existe entre los problemas y la solución que les aporto.