Tu manera de ver la vida es la mejor manera de cuidar de ti mismo. Tu perspectiva es lo que te hunde o te levanta. Y la actitud es algo que podemos elegir.
Controla el cambio: huele el queso a menudo para saber cuándo empieza a enmohecerse.
Cuanto más cuido de mí mismo, menos resentimiento e irritación tengo, y más cariñoso me muestro conmigo mismo y con los demás.
Moverte en una nueva dirección te ayuda a encontrar Queso Nuevo.
La mayor parte de mis problemas me parecían complicados entonces –siguió confesando el Tío-. Pero las soluciones una vez encontradas, resultaban bastante sencillas.