Frases de Stendhal

Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente.

El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.

El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más bella de la vida.

Para enamorar a primera vista, un hombre debe tener a la vez algo de respeto y algo de compasión en su rostro.

Llamamos bello a aquello que es elogiado por el periódico y que produce mucho dinero.

Las mujeres demasiado bellas sorprenden menos el segundo día.

Una mujer sacrificará mil veces la vida por el que ama y se enemistará para siempre con él por una cuestión de orgullo a propósito de una puerta cerrada o abierta: se trata de un punto de honor.

El amor es como la fiebre: brota y aumenta contra nuestra voluntad.

Puede adquirise todo en la sociedad, menos el carácter.

Para gozar íntimamente y para amar se necesita soledad, más para salir airoso se precisa vivir en el mundo.

El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones, o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros.

Yo honro con el nombre de virtud a la costumbre de realizar acciones penosas y útiles a los demás.

El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.

Con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas, se idiotiza.

El amor es la única mercancía que se paga con una moneda acuñada por él mismo.

El amor es el milagro de la civilización.

La belleza no es más que la promesa de la dicha.

Lo que hace tan agudo el dolor de los celos es que la vanidad no puede ayudar a soportarlo.

En nuestras costumbres, una mujer no puede hacer nada por sí misma: necesita seducir a un hombre para obligarle a que ejecute sus deseos.

Mi opinión sintética de las mujeres es que con ellas es preciso atreverse a todo.