No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de dios, eso eres y nada más.
He buscado el sosiego en todas partes, y solo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos.
Si todos los años extirparamos un solo vicio, pronto llegaríamos a ser hombres perfectos.
El hombre propone y dios dispone.
Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo la tiene seguramente el hombre de corazón puro.
Fácilmente estará contento y sosegado el que, de verdad, tiene la conciencia limpia.
El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia dios que el camino de la ciencia.
La costumbre con la costumbre se vence.
Antes de postrarte en oración, lanza de ti cuando puede embarazar el vuelo de tu espíritu.
No permitas que tu tranquilidad dependa de los sentimientos de los hombres. Cualquier cosa que digan acerca de ti, buena o mala, no lo eres a causa de otro hombre; porque así eres tú.
Cuando llegue el día del juicio, no se nos preguntará lo que hemos leído sino lo que hemos hecho.
No confíes en tus sentimientos, porque, sean cuales sean ahora, muy pronto habrán cambiado.