El mundo quiere ser engañado. Y se pondrá seriamente furioso si no lo haces.
Todo el mundo se alegra de poder juzgar. Si temes, pues, que alguien pudiera condenar alguna de tus características, llévalo mañosamente a que condene esta misma característica en otra persona. As...
Nadie es tan tonto como para que no puedas, después de tres días, convencerlo de que es un genio.