Aquel que no quiere razonar es un fanático; quien no puede es un tonto; y quien no se atreve es un esclavo.
Poner freno a tu lengua; poner un guardia delante de tus labios, para que las palabras de tu boca destruir tu paz... en tanto que habla el arrepentimiento viene, pero en silencio es la seguridad.
El que quiere no la razón es un fanático, el que no puede razonar es un tonto, y el que no se atreve a razonar es un esclavo.