Yo soy el dueño de mi destino; yo soy el capitán de mi alma.
No importa cuán estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma.
Ahora, al leer poesía en absoluto es tener una antología ideal propio, y en que la posesión de que es incapaz de contentarse con las antologías de todo el mundo, además.