No hay nada más corruptor, nada más destructivo de los sentimientos más nobles y mejores de nuestra naturaleza, que el ejercicio de un poder ilimitado.
El único derecho legítimo a gobernar es una concesión expresa del poder de los gobernados.
Yo creo y digo que es verdadero sentimiento democrático, que todas las medidas del Gobierno están dirigidas a la finalidad de hacer ricos a los ricos y los pobres más pobres.