Bernard le bouvier
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Si tuviese mi mano cerrada llena de verdades, me guardaría muy bien de abrirla.
La modestia es el complemento de la sabiduría.
Esperar una felicidad demasiado grande es un obstáculo para la felicidad.
La vanidad es el amor propio al descubierto.
No os toméis la vida demasiado en serio; de todos modos no saldréis vivos de ésta.
Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes.
Cuando las cosas no quieren conformarse con nosotros, nosotros debemos conformarnos con ellas.
La salud es la unidad que da valor a todos los ceros de la vida.
El orgullo es el complemento de la ignorancia.
Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello, no.
El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.
Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber.
La libertad significa responsabilidad. Es por eso que la mayoría de los hombres la ignoran.
Mi educación fue muy buena hasta que el colegio me la interrumpió.
La juventud es una enfermedad que se cura con los años.
El cerebro de los necios transforma la filosofía en tontería, la ciencia en superstición, y el arte en pedantería.
Los amores son como las setas,que no sabe uno si son venenosas hasta que ya las ha comido y es demasiado tarde.
Las atrocidades no lo son menos si ocurren en laboratorios y se llaman investigación biomédica.
He realizado observaciones y experimentos en el espacioso laboratorio del mundo con una maravillosa máquina portátil perfectamente ajustada en mi cabeza.
El Arte es yo. . . La ciencia es nosotros.
El hecho que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio.
Los espejos se emplean para verse la cara, el arte para verse el alma.
La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.
Leyendo una biografía, recordad que la verdad no se presta nunca a una publicación.
El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada.
Aprendemos de la experiencia que los hombres nunca aprenden nada de la experiencia.
¿Qué hombre inteligente si le dieran a elegir escoger entre vivir sin rosas o vivir sin berzas no correría a asegurar las berzas?
No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es solo esto: Responsabilidad.
Nunca debemos de obsesionarnos excesivamente con la idea que perseguimos.
A los empresarios les gustan las asambleas porque ellos las inventaron.
La volubilidad de la mujer a quien amo es splo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.
Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición.
Ella había perdido el arte de la conversación, pero no la capacidad de hablar.
En este mundo, cuando alguien tiene algo que decir, la dificultad no está en conseguir que lo diga, sino que lo repita a menudo.
Suspendí mi educación cuando tuve que ir al colegio.
Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es el tigre quien quiere matarle a él, lo llama ferocidad.
Nunca se tendrá un mundo tranquilo hasta que se extirpe el patriotismo en la raza humana.
El hogar es la prisión de la doncella y el taller de la mujer.
No se porque no iba a haber una máquina que escribiese cartas de amor. ¿Acaso no son todas iguales?
El experimentador que no sabe lo que está buscando no comprenderá lo que encuentra.
