Bombas y refranes ( 15 )
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Se olvida una buena acción, y no un buen bofetón.
Ser casta y de buena pasta, para buena mujer no basta.
Vaca de muchos, bien ordeñada y mal alimentada.
A bicho que no reconozcas, no le pises la cola.
A la muerte ni temerla ni buscarla, hay que esperarla.
Para hilar una mentira, siempre hace falta madeja.
Ni el prometer empobrece, ni el dar enriquece.
Viaje de luna de miel; ni es viaje, ni ves luna, ni es de miel.
Un hombre con buen talento, vale por ciento.
Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto.
La abundancia hace infelices a los ricos.
La capa del diablo, lo que por un lado tapa, por otro destapa.
La buena jornada empieza muy de mañana.
Dando y tomando, no cabe engaño.
Hombre hablador, poco cumplidor.
Flor sin olor, le falta lo mejor.
Oigo mi gallo cantar, pero no sé en que corral.
Echa bien tus cuentas, para que después no te arrepientas.
El corazón no habla, más adivina aunque calla.
Da a los ricos lo suyo, a los pobres lo tuyo.
Jilgueros y ruiseñores, bonísimos cantores.
Más vale ser un pobre hombre, que un hombre pobre.
Belleza y riqueza juntas, casi nunca.
Fuerte desdicha es, no aprovecharse de la dicha.
Si eres escrupuloso, no esperes ser muy rico ni muy famoso.
No hagas cosas buenas que parezcan malas.
Yo me morí, y que cosas vi.
Quien administra hacienda ajena, no se acuesta sin cena.
Jabón y buenas manos sacan limpios paños.
Beber aquí, beber allí, a la noche borrachín.
Zanahorias y nabos, primos hermanos.
Quien a dos amos sirve, siempre termina mal.
Breve habla el que es prudente.
Harto sabe quien sabe que no sabe.
Cada campana suena según el metal del que está hecha.
Pocos pelos, pero bien peinados.
Cada quien, con su cada cual.
Más vale una cuchara de suerte que una olla de sabiduría.
Una desgracia, a cualquiera le pasa.
Fantasía y pobreza, todo en una pieza.
