Bombas y refranes ( 8 )
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La lengua, aunque no tiene huesos, los quiebra.
Favorecer a quien no lo ha de estimar, es echar agua al mar.
El avaro, por gastar poco, aunque todo lo tiene, carece de todo.
Favorecer a un bellaco, es echar agua a un saco.
Ver y no tocar, se llama respetar.
Un zapatero, un sastre y un barbero, tres personas distintas y ninguno es verdadero.
Borrón y cuenta nueva, la cuenta pasada aprueba.
Gato y mujeres, buenas uñas tienen.
Hasta el más santo tiene su espanto.
Quien algo quiere ser, algo ha de comprender.
Repetido y a la larga, lo más dulce amarga.
Viuda que no se consuela, será por pobre o por fea.
Riña de amantes, agua refrescante.
El amor es ciego, y el matrimonio lo cura.
Una comida sin vino, es como un día sin sol.
Viejo que paga compañía, mantiene tres casas en un día.
Juego y bebida, casa perdida.
Si no quieres decepciones, no te hagas ilusiones.
Bien se sabe atrever quien nada tiene que aprender.
Una buena bota, el camino acorta.
Mal me quieren mis comadres porque digo las verdades.
Por mucho que un hombre se afane, siempre hay quien le gane.
El buen vestido aumenta la hermosura, y la fealdad disimula.
Gallina ponedora y mujer silenciosa, valen cualquier cosa.
Todos los días son días de aprender, y de enseñar también.
Dale lo suyo al tiempo, pero sin perder el tiempo.
Juegan los burros y pagan los arrieros.
Todo se pega, menos la hermosura.
No es amistad la que siempre pide y nunca da.
Dar una en el clavo y ciento en la herradura.
Saber mucho y decir tonterías, lo vemos todos los días.
La mejor maestra es la experiencia, mientras tengas paciencia.
Gana ahora que eres nuevo, para que puedas gastar de viejo.
Bachiller en medicina, confunde el vino con la orina.
La balanza no distingue el oro del plomo.
Resbalada no es caída, pero es cosa parecida.
Que cada cual espante sus pulgas.
Quien borracho se acuesta, con agua se desayuna.
Iglesia cerrada, ni culto ni nada.
Ya que aprendiste a cobrar, aprende también a trabajar.
