De no estar tu issa en japones. Encuentra docenas de de no estar tu issa en japones con fotos para copiar y compartir.
De los orificios de la nariz del Buda. Surge una golondrina.
Un ángel para prestar y un diablo para cobrar.
Estudiando lo pasado, se aprende lo nuevo.
Con la primera copa el hombre bebe vino; con la segunda el vino bebe vino, y con la tercera, el vino bebe al hombre.
Bajo las flores del cerezo pulula y hormiguea la humanidad.
El rocío se dispersa. Hoy una vez más sembraré granos de infierno!.
En la flor de loto cambia el rocío del mundo.
Temblando en las flores silvestres se va la primavera.
Solo en la actividad desearás vivir cien años.
¡Ah!, ¡ser como un niño el día de Año Nuevo.
Frente al espantapájaros a edad avanzada tengo vergüenza de mí.
Picado por pulgas. ¿Entonces fue verdad ese sueño de arena?.
En el blanco rocío me ejercito al paraíso.
Inmóvil y serena la rana observa las montañas.
Cuando florece el ciruelo yo esparzo sardinas en la tumba de mi gato.
Ven gorrión que has perdido a tus padres, juega conmigo.
Lo más tierno en este mundo, domina y vence a lo más duro.
Mirándome se camufla la rana.
Oca salvaje ¿A qué edad hiciste el primer viaje?.
Abriendo los picos, los pajaritos esperan a su madre. LLuvia de otoño.
En este primer amanecer de primavera incluso mi sombra está repleta de vigor.
Si no entras en la madriguera del tigre, no puedes coger sus cachorros.
No se va más lejos cuando se cambia de camino todos los días.
Sube lentamente lentamente pequeño caracol escalas el Monte Fuji.
Mantiene un desafío de miradas conmigo la rana.
El humo dibuja en este momento el primer cielo del año.
Todos en este mundo en la cumbre de un infierno ¡A contemplar las flores!.
Entre las flores del ciruelo el hototogisu limpia sus patas.
Si no fuera por Buda. No tendria luz el rocio en la hierva.
La hierba de las pampas cae y el ojo puede ver como el frío aumenta.
La siesta dejo al agua de las montañas pelar el arroz.
¡Rayos y truenos! A cada relámpago el mundo se sana.
Ella puso al niño a dormir, y ahora lava la ropa; La luna de verano.
Por esta boca que mordió una pulga canto al Buda.
Me voy de la casa junto al ruiseñor ¡Cuídala caracol!.
Saltamontes no aplastes las perlas en el blanco rocío.
Retoma fuerza en la manga la luciérnaga que huye.
De noche bajo la luna torso desnudo el caracol.
Puesta del sol. La rana también llora.
Una reputación de mil años quizás dependa de la conducta de una hora.