Frases cortas de mario benedetti sobre la ausencia. Encuentra docenas de frases cortas de mario benedetti sobre la ausencia con fotos para copiar y compartir.
Por supuesto que añoraba todo eso con los ojos resecos porque los animales de ciudad no lloran.
tu soledad me abruma / me alucina dijo el fulano con dulzura quisiera que en las noches me añorara que me echara de menos me recibiera a solas
De vez en cuando es bueno
ser consciente
de que hoy
de que ahora
estamos fabricando
las nostalgias
que descongelarán
algún futuro
Lo qué uno quiere de verdad, es lo que está hecho para uno; entonces hay que tomarlo, o intentar: En eso se te puede ir la Vida, pero es una vida mucho mejor?
Claro que te dejo. No faltaba más." Pero faltaba. Cómo no que faltaba.
¿Sabés lo que te pasa? Que no vas a ninguna parte.
Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo puede ser la que dejó escrita el bueno de Pessoa: «Espera lo mejor y prepárate para lo peor».
Si en el goce hasta el triste desconfía
en el escalón de la tristeza
no hay tristeza mayor que la alegría.
¿Quién habrá inventado la música? ¿El viento? ¿El mar? ¿La lluvia? ¿Cuándo habrá nacido la armonía? ¿Qué habrá sonado primero? ¿El lenguaje de la brisa o el canto del ruiseñor? Desde
El único consuelo es entrar en el caos, volverse caótico también
el azar nos ofrece su doble vía vos con tus soledades yo con las mías
Quizá porque el amor ha construido con paciencia y fervor su telaraña, donde el odio que cae está perdido.
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas
Estar feliz y, sin embargo, no ser feliz. Ah, pero nunca imaginé que el estar feliz incluyera ¿sabés? tanta tristeza.
Esos miedos que inventamos son los más peligrosos. De ésos tenés que librarte, y con urgencia, porque los miedos que inventamos son los únicos que nos pueden enloquecer. (Jules y Jim)
La seguridad de saberme capaz para algo mejor, me puso en las manos la postergación, que al fin de cuentas es un arma terrible y suicida.
Es sastre. Horrible. Nunca vayas a hacerte un traje con él.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
en realidad no sé que decirte porque ninguna lección sirve
lo que estoy buscando denodadamente es un acuerdo, una especie de convenio entre mi amor y su libertad.
Lo que más me gusta de vos es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo.
Estoy en una edad en que el tiempo parece y es irrecuperable. Tengo que asirme desesperadamente a esta razonable dicha que vino a buscarme y que me encontró
La mera posibilidad [... ] alcanza para dar otro tono a la vida corriente
un día algo nos aparta un poco de la ruta y otro día otro poquito y así de deriva en deriva hasta que una de esas derivas se convierte en nuevo rumbo ni fijo ni incambiable ni retórico
Sé que soy un idiota al esperarte, pues sé que no vendrás.
creen en Dios sólo porque ignoran que hace mucho tiempo que Dios ha dejado de creer en ellos.
... Sí/ la patria está allá como está aquí
allá diseminada en pedacitos
aquí pidiendo que la conservemos
en todos los centímetros que somos
Ignoraba porque te quería. El deleite frente al misterio, el goce frente a los inesperado, son sensaciones que aveces las módicas fuerzas no soportan
He aquí el misterio: antes de empezar a olvidarse, tiene que acordarse, que empezar a acordarse.
Uno no siempre hace lo que quiere,
uno no siempre puede,
por eso estoy aquí,
mirándote y echándote
de menos
osea, resumiendo, estoy jodido y radiante
Hay menos tiempo que lugar, no obstante, hay lugares que duran un minuto y para cierto tiempo no ha lugar.
Es casi ley, los amores eternos, son lo más breves.
Usted no sabe, ya que nunca lo he dicho, siquiera en esas noches en que usted me descubre con sus manos incrédulas y libres.
Usted no sabe como yo valoro su sencillo coraje de quererme
Se es o no se es, no importa el día.
La culpa es de uno cuando no enamora, y no de los pretextos ni del tiempo.
Terapia Para no sucumbir ante la tentación del precipicio el mejor tratamiento es el fornicio.
Tu rostro está aquí: cómo nos mira y cómo lo miramos. Te fuiste sin decir adiós. Nadie te sabe, todos te añoran
Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar enseguida el reloj.
Usted tiene todas las condiciones para concurrir a mi felicidad, pero yo tengo muy pocas para concurrir a la suya. Y