Nietzsche frases desamor ( 13 )
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El debilitamiento es la receta cristiana para la doma, para la civilización.
Proyecta el goce que encuentra en sí mismo, su sentimiento de poderío, en un ser al cual pueda estar agradecido por estas cualidades.
Lo que yo he elaborado ningún hombre lo ha elaborado antes, ni ninguno elaborará después de mí, con una responsabilidad para con todos los siglos que me siguen.
Debería considerarse a todo escritor como un malhechor que en muy contados casos merece perdón y gracia. Este sería un remedio contra la invasión de los libros.
El hombre temeroso no sabe lo que es estar solo: detrás de su silla hay siempre un enemigo
El gusano pisado se enrosca, así disminuye las posibilidades de ser pisado de nuevo ? en el lenguaje de la moral: humildad.
Las épocas de mayor esplendor de nuestra vida son aquellas en las cuales reunimos el valor suficiente para declarar que lo malo que hay en nosotros es lo mejor de nosotros mismos.
El demonio de la cobardía que quisiera cruzarse de brazos y llevar una vida más fácil te susurra: Dios existe.
Si las miradas bastaran para matar, ya habríamos muerto hace tiempo.
Inexpresable y sin nombre es aquello que constituye el tormento y la dulzura de mi alma, y que es incluso el hambre de mis entrañas.
Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.
Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas.
Hay casos en que es indecoroso seguir viviendo. Se debe morir orgullosamente cuando ya no no es posible vivir con orgullo.
Qué me importa a mí el deplorable parloteo de las caóticas y planas cabezas norteamericanas.
El cristianismo negó el profundo instinto del modo como debe vivirse para sentirse en el cielo, para sentirse eterno.
La instrucción en los grandes Estados será, cuando más, mediocre, por la misma razón que en las grandes cocinas se hace todo medianamente.
En mis hijos quiero reparar el ser hijo de mis padres: y en todo el futuro quiero asimismo reparar este presente.
...todos los profetas han hablado de su redentor...
No quiero labrar mi felicidad; quiero realizar mi obra.
Muchas breves tonterías: eso se llama entre vosotros amor. Y vuestro matrimonio pone fin a muchas breves tonterías en la forma de una única y prolongada estupidez.
Lo esencial en un invento es la casualidad; lo malo es que pocas personas se topan con ella.
El pueblo odia con encono al hombre creador.
Nadie puede percibir en las cosas más de lo que ya conoce.
Quien buscase signos de que una divinidad irónica mueve sus dedos tras el gran juego del mundo, encontraría un apoyo no pequeño en el enorme signo de interrogación que se llama cristianismo.
La única disculpa de Dios es que no existe.
El que niega su propia vanidad suele poseerla en forma tan brutal, que debe cerrar los ojos si no quiere despreciarse a sí mismo.
No nos dejemos inducir a error: los grandes espíritus son escépticos. Zaratustra es un escéptico. La fortaleza, la libertad nacida de la fuerza y del exceso de fuerza del espíritu se prueba median...
Un político divide la humanidad en dos clases: los instrumentos y los enemigos
La cosa que mejor hacemos, desearía nuestra vanidad hacerla pasar por la más difícil. Esto puede explicar el origen de muchas morales.
A la mujer le gusta creer que el amor puede lograr cualquier cosa; es su superstición personal.
Bien lo sabes: ese demonio cobarde que llevas dentro a quien complace juntar las manos y cruzar los brazos, y sentirse más cómodo â?? ese demonio cobarde te dice: ¡Existe un Dios!
El hombre no puede saber de por sí qué es bueno y qué es malvado,por ello Dios le ha enseñado su voluntad... Moraleja: el sacerdote no miente.
El que quiera dar algo, que tenga cuidado de que los que acepten sean capaces de comprender cuál es el sentido de sus donaciones
¡En la silla del papa no estaban ya sentados la vieja corrupción, el peccatum originale, el cristianismo! ¡Sino la vida! ¡Sino el triunfo de la vida! ¡Sino el gran sí a todas las cosas elevadas,...
La irracionalidad de una cosa no es un argumento en contra de su existencia, sino más bien una condición de la misma.
El cristianismo fue el vampiro del imperium romanum.
Dejando a un lado unos cuantos escépticos, prototipos de decencia en la historia de la filosofía, los demás no tienen la más leve concepción de la integridad intelectual.
-Todo esto está en oposición con la desdichada comedia que representa el cristianismo a la hora de la muerte.
-El cristianismo supone que el hombre no sabe ni puede saber por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo.
La naturaleza y no Dios es lo que separa a los hombres que dominan por su entendimiento, por la fuerza o por el carácter.
