Tropecé con tu sonrisa, no me bastó y al final me quiero quedar con todo.
Cómo no buscarte si te amo. Cómo no escribirte si te pienso. Cómo no desearte si te sueño. Cómo no importarme tu vida, si te quiero.
De tanto soñarte, mi almohada ya se aprendió tu nombre y me recita de madrugada todo lo que te digo en sueños.
Estrellarme en tu boca sería un grave accidente, pero asumo con todo placer las consecuencias.
Eres lo que más pienso de día y de noche, porque mis sentimientos más fuertes ya llevan tu nombre.