El camino del cielo es empinado, y el del infierno llano.
Refrán
Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla.
Podemos comprendernos unos a otros, pero solo a sí mismo puede interpretarse cada uno.
El hombre del conocimiento debe no solamente saber amar a sus enemigos, sino también saber odiar a sus amigos.
Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa rodeaste mi insomnio.