Robert Frost: Perdona, Señor, mis pequeñas...

Yo estaba escribiendo notas, pero no componer poemas. El Hunter comenzó a desarrollarse a partir de este proceso de fragmentación.

Yo amaba a mis padres... pero eso no puede cambiar el hecho de que la violencia de mi padre me arruinó la infancia.

Tomé el nombre de mi hijo. No tomé el nombre de mi marido.

Para mí, una página de buena prosa es donde se oye la lluvia y el ruido de la batalla. Tiene el poder de dar pena o universalidad que le confiere una belleza juvenil.