Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una catedral por la altura de sus campanarios.
Gustave Flaubert
La lectura no da al hombre sabiduría; le da conocimientos.
Es tan ciego porque solo ve lo que quiere ver.
La lluvia no se queda en el cielo.
Ninguno desea darse tristeza a sí mismo.