Es valiente el que teme lo que debe temerse y no teme lo que no debe temerse.
León Tolstoi
Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señalan a tí.
Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
Y yo respiro, y ando, y caigo, y giro y vuelvo a ver los árboles sedientos y los pájaros disparados en la embriaguez de la música del viento y estoy inmóvil y absorto y maravillado de un día más...
Todos los seres, todos los acontecimientos de tu vida, están ahí porque tú los has convocado. De ti depende lo que resuelvas hacer con ellos.