Ayer pasó Dios por mi puerta y me miró a los ojos (nunca lo había visto de aquel modo inquisitivo). Hizo que repitiera el nombre que llevo entre los labios: era tu nombre, amor.
José Luis Villatoro
La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia.
Somos temerosos de lo que nos hace diferentes.
La esperanza es el hoy amargo.
El que verdaderamente ama, nunca mira su provecho.