Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
John Locke
¿Humillarse uno para herir su soberbia?.
En la soledad no se encuentra más que lo que a la soledad se lleva.
Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor.
El ajedrez, interesantísimo; es juego de dioses: ¡manejar a nuestro antojo un mundo en pequeño con todas sus figuras! Quién sabe si el mundo no será en resumidas cuentas más que eso, un gran tab...