A enfermo, niño o anciano, hay que tenderles la mano.
Refrán
Las penas y las vaquitas se van por la misma senda. Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.
La diferencia radica en que hoy todo puede ser fotografiado. Ninguna miseria puede ocultarse, todas son públicas. Sin embargo, este hecho significa que nos acostumbramos mejor a ellas.
En plena luz no somos ni una sombra.
Serena la luna alumbra en el cielo, domina en el suelo profunda quietud; ni voces se escuchan, ni ronco ladrido, ni tierno quejido de amante laúd.