La elegancia es cuestión de esqueleto.
Pitigrilli
Madrid; que no hay ninguna villa, en cuanto el sol dora y el mar baña más agradable, hermosa y oportuna, cuya grandeza adorna y acompaña la Corte de los Césares de España.
Todo lo que se ignora, se desprecia.
Dios no es más que el espíritu humano proyectado al infinito.
La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión persistente.