No es suficiente combatir la ignorancia de los ignorantes. Es preciso también, y en primer lugar, combatir la ignorancia de los que saben muchas cosas, incluso de los que creen saberlo todo.
Edgar Faure
Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad exasperante.
Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no.
Sin la amistad, el mundo es un desierto.
Vencerse a sí mismo un hombre es tan grande hazaña, que solo el que es grande puede atreverse a ejecutarla.