Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad exasperante.
Oscar Wilde
Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no.
Sin la amistad, el mundo es un desierto.
Vencerse a sí mismo un hombre es tan grande hazaña, que solo el que es grande puede atreverse a ejecutarla.
Cualquier cosa es preferible a esa mediocridad eficiente, a esa miserable resignación que algunos llaman madurez.