El sabio en la virtud debe siempre hacer fundamento.
Séneca
En tres partes se divide el alma humana: en mente, en sabiduría y en ira.
Desde la frente, que es lámpara lírica, desborda su acento como un aceite de aroma y de gracia la ardiente poesía.
La madre y el delantal, tapan mucho mal.
Una de las glorias de la civilización sería el haber mejorado la suerte de los animales.