Una pantalla grande solo hace el doble de mala a una mala película.
Samuel Goldwyn
Nada puede reclamarse cuerdamente a la vida.
Ella no creía en nada; solo su esceptisismo le impedía ser atea.
Cuánto temple en el gesto, cuánto enigma, cuánto fuego rodeándole las manos, los ojos y la boca, cuánta palpitación votiva.
A siervos y a reyes, da dios unas mismas leyes.