Ella no creía en nada; solo su esceptisismo le impedía ser atea.
Jean Paul Sartre
Cuánto temple en el gesto, cuánto enigma, cuánto fuego rodeándole las manos, los ojos y la boca, cuánta palpitación votiva.
A siervos y a reyes, da dios unas mismas leyes.
Caer está permitido. ¡levantarse es obligatorio!.
El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente no hay en el mundo nada más noble y raro que una amistad verdadera.