No te fijes en mi cuerpo, ni en mi cara,...

No te fijes en mi cuerpo, ni en mi cara, ni tampoco en mi figura, solo fíjate en mi corazón que te ama con locura
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Las autoridades no son verdaderamente lo que deberían ser. De ellas suele partir el desorden y el peligro. A veces es necesario un motín para restablecer el orden.

Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa

Cuando ciegamente adoptar una religión, un sistema político, un dogma literario, nos convertimos en autómatas. Dejamos de crecer.

Lo que distingue a la mayoría de los hombres de los pocos es su capacidad para actuar de acuerdo a sus creencias.