No sabe hablar quien no sabe callar.
Pitágoras
Cuando el mar estaba claro tracé tu nombre en la playa, vino un oleaje a borrarlo y el mar se volvió esmeralda.
En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Si extiendo una mano encuentro una puerta.
Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado.