Las mujeres se ponen pálidas ante la idea de que su amado no sea digno de ellas; y los hombres, ante la idea de no ser dignos de sus amadas. Estamos hablando aquí de mujeres cabales, de hombres cabales. Tales hombres, que ordinariamente tienen confianza en si mismos y sentido del poder, se avergüenzan y dudan de si mismos cuando se hallan en estado de pasión; tales mujeres, en cambio, suelen sentirse ordinariamente como las débiles, como las dispuestas a la entrega, pero, en la elevada excepción de la pasi6n, tienen su orgullo y su sentido del poder, el cual pregunta: ¿quién es digno de ti?.
Friedrich Nietzsche