Nos recuerdan -si acaso- no como almas perdidas y violentas sino, tan sólo, como hombres huecos, hombres rellenos de aserrín.
T. S. Eliot
Si no es lo más terrible en nuestro negocio. Cuando fallamos, todo el mundo lo sabe.
La ausencia disminuye las pasiones mediocres y aumenta los grandes, ya que el viento apaga las velas y los aficionados incendios.
El amor exige infinitamente menos que la amistad.
Yo no saldré ahí fuera, tu tendrás que entrar dentro de mí.