Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar.
Diógenes Laercio
La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada.
Si pongo ganas, si pongo corazón, si la ilusión me alcanza, si le echo ganas puede el viento y puedo yo, llenar de aire las alas, si pongo corazón.
Los privilegios acabarán, pero el pueblo es eterno.
A un hombre se le da la opción de amar a las mujeres o comprenderlas.