El cerebro es embustero; el corazón verdadero.
El toro no embiste porque tiene cuernos, tiene cuernos porque quiere embestir
La belleza viene de adentro.
El Señor conoce a los que son suyos
Ahí radica la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a si mismos y liberar a los opresores.