En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga.
Friedrich Schiller
La vejez es mala porque priva al hombre de todos los placeres dejándole los apetitos.
Quien quiera ver prosperar sus negocios, consulte a su mujer.
El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
Ningún poder humano puede jamás violentar el sagrario impenetrable de la libertad del corazón.