La amistad es como el sol, aunque el cielo este nublado siempre está ahí.
Hay que tomar a los amigos con sus defectos.
Pero qué nos importa la opinión de la gente fría siempre que nuestras almas, más ardientes y más nobles que las suyas, sepan disfrutar de lo que ellos no perciben.
Nada es más contrario a lo bello que lo repugnante, así como nada cae más por debajo de lo sublime que lo ridículo
Para causar un desastre cualquier rumor vale. (Ad calamitatem, quilibet rumor valet).