La felicidad es el final perfecto y fruto de la obediencia a las leyes de la vida
Helen Keller
Ni siquiera tengo buzón de voz o contestador automático más. Odio el teléfono, y yo no quiero llamar a nadie atrás. Si voy al infierno, será un pequeño armario con un teléfono en el mismo, y v...
El hecho de denigrar a los seres queridos es algo que siempre nos aparta un poco de ellos.
A la luz de la lucha real, que ahora está en curso, hemos llegado al punto en que las consideraciones militares superan claramente las consideraciones fiscales.
Solamente un pueblo culto puede ser veramente libre