Todo hombre que no tiene gana de trabajar se erige en jefe para organizar y vigilar el trabajo de los demás
Enrique Jardiel Poncela
¡Qué pena, Florentino!
Todos los imperios no son más que el poder en la confianza.
Es imposible imaginar un espectáculo más nauseabundo que el del plagiador.
Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión que marchitarse consumido funestamente por la vida