Las mujeres no miden jamás los sacrificios; ni los suyos, ni los de los demás.
Germaine de Stael
Morir mañana es tan bueno como morir cualquier otro día.
El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
Un cínico es un hombre que, en cuando huele flores, busca un ataúd alrededor.
Dios no habla, pero todo habla de Dios.