Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.
Albert Schweitzer
La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo.
Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos.
El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo.
Todo lo individual por sí tiene una medida propia de aptitud, solo la capacidad del género es inmensurable.