Yo llegaría al extremo de sostener que sin política de conveniencia no hay política liberal.
Eduardo Santos
¡Esta ciudad es la propiedad del Senor Matanza!.
Podrán romperme los huesos con palos y piedras, pero las palabras jamás podrán herirme.
«Cuarenta y cinco años de comunismo y seguimos sin tener papel higiénico.»
Pero bueno -dijo-, ¿Cómo iba a olvidar al chiquillo pelirrojo que me dejó para ir a la Universidad?