hasta lo inesperado acaba en costumbre cuando se ha aprendido a soportar.
Julio Cortázar
Me gustaría mucho que vinieras, ya que, aunque seas huraño, formas parte de mi paisaje cotidiano. Me he acostumbrado a encontrarte cada mañana en tu pupitre, dormido o haciendo garabatos sobre tu c...
No te quiero, no te quiero, pero puedes persuadirme.
Decía que la integridad personal es como una espada: no debería blandirse hasta el momento de ponerla a prueba.
[... ] Hoy, sin embargo, y no hay ninguna contradicción en ello, sino corroboración y coherencia, voy a proponer que alguien tome medidas censorias porque ya está bien con los excesos de la telemie...